“Los medios mienten” o “no informan nada"

"El contenido de los diarios no es la realidad, por el contrario, los diarios construyen una parte de la realidad”, advertía Daniel Santoro en su libro, Técnicas de investigación.

El contenido de los diarios no es la realidad, por el contrario, los diarios construyen una parte de la realidad”, advertía Daniel Santoro en su libro, Técnicas de investigación. En la actualidad se escuchan en las calles cosas como: “Los medios mienten” o “no informan nada”. Decidir que no se va a mostrar es en gran parte responsabilidad de un medio. Y también estará la construcción que hace el periodista y que tanto esmero coloca en sus notas. El caso de Santiago Maldonado fue llevado por antojos, y se podrá ver en como manejaron los diarios las fuentes de información.
La desaparición de Santiago Maldonado se produjo el 1 de agosto de 2017, víctima de una presunta desaparición forzada tras la represión de una protesta realizada por la comunidad mapuche Pu Lof en la localidad de Cushamen. A continuación, se analizara como La Nación y Página 12 utilizaron sus fuentes en algunas notas de la primera semana de cobertura.
El 3 de agosto se difundieron las primeras noticias sobre Maldonado. La Nación en su portal web, publicó “Buscan a Santiago Maldonado: desapareció el miércoles en Chubut”.  La nota cuenta con solo cuatro líneas que informan que “familiares, amigos y compañeros buscan a Santiago (…) visto por última vez en la localidad de Cushamen”.
“La actitud del periodista de investigación es dudar de todo”, explica Santoro en su libro, tomando esa iniciativa es válido preguntar, ¿Por qué hacen una nota de alguien que desapareció hace dos días? La verdad es que La Nación sabe exactamente qué sucedió, entonces ¿sabiendo que hay un desaparecido en el contexto de una represión, por qué dedicarle tan poco espacio?
Cosa contraria pasa con Página 12, que el 3 de agosto titula “Un desaparecido tras la represión en Cushamen”. Ya el día anterior habían publicado sobre la represión bajo las declaraciones de Fernando Jones Huala, líder mapuche detenido en el penal de Esquel. Además publicaban las declaraciones del jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Nocetti que reconocía la existencia de “un sistema de coordinación” entre las fuerzas federales y provinciales de Río Negro y Chubut, para “empezar a tomar intervención y detener a todos los miembros del RAM”. Ahora, con un desaparecido, Página 12 tenía mucho material. 
En esa primera nota, se habla sobre denuncias que hicieron los integrantes de la comunidad sobre la desaparición y teniendo una exclusiva con la abogada y ex candidata a diputada por el kirchnerismo, Elizabeth Gómez Alcorta, especialista en derechos indígenas. Durante la primera semana, esta sería una de solo dos fuentes primarias. Aunque lo de primario engaña un poco. La abogada no estaba presente en el momento de la represión, ella solo hace una reconstrucción del relato a partir de la descripción que le hicieron integrantes de la comunidad que estaban presentes. Así que estaríamos hablado de un tercero, quitándole un poco de importante a lo dicho.
Siguiendo con la cobertura, en todas las notas de P12 sobre Maldonado del 3 de agosto al 9 del mismo mes, se explica lo que paso con Santiago en Cushamen. Que se resume en la primera declaración de la abogada que va de la siguiente manera: “Cuando entraron los gendarmes a los tiros todos salieron corriendo, entre ellos Santiago. Corrieron para un mismo lado para ocultarse entre la vegetación y hay quienes vieron donde se ocultó él. Pero entre los tiros y las agresiones, un segundo más tarde lo pierde de vista y escuchan que un gendarme da la voz de ‘Tenemos a uno’ y luego acercan una camioneta de la Gendarmería, abren las puertas traseras y entre varios efectivos rodean las puertas para que no se pueda ver”.
Página 12 solo habló con ella una sola vez – o por lo menos, así lo muestra sus notas –. A partir del 5 de agosto se deja de mencionar en sus notas que esto lo dice la abogada. Ahora son testigos. Cosa que no es del todo mentira por lo ya explicado. Sin embargo, en la nota de 7 de Agosto, “¡Aparición con vida ya!”, este relato agrega más datos. Ahora, se sabe que Santiago no logró cruzar el rio. Que se refugió en un árbol y estuvo ahí entre 20 y 25 minutos. Que se escucharon las voces de dos gendarmes. Que la Gendarmería en su ingreso disparó balas de goma y plomo. Y finalmente que, una persona del otro lado del rio vio como seis u ocho efectivos formaban fila para ocultar algo que intentaban ingresar por la puerta trasera de una camioneta de color blanco con guardas verdes, retirándose luego por la Ruta 40 en dirección a la ciudad de Esquel.
Con esto no quiero aseverar que un grupo se puso de acuerdo, agregándole cosas a la historia para hacerla más exacta y más fuerte. Pero siguiendo el consejo de la duda. Si P12 no ha hablado con testigos o con alguien familiarizado con el caso, ni ha informado que personas presentes en el hecho por otros medios han dado a conocer nuevas pistas, ¿De dónde salen estos datos? Santoro en su libro afirma que: “los escritores están impregnados por la posición editorial de la empresa y las ideas del autor”. Está demás explicar la posición que tiene P12 con el gobierno. El periodista termina opinando cuando deja unas declaraciones en la nota y excluye otras adrede. O peor, puede decir o agregar cosas diciendo, “según testigos” y se lava las manos. “Publican cualquier pavada adjudicándola a una fuente anónima”, nuevamente Santoro nos ilumina. Entonces, ¿Es posible que el diario haga pequeños cambios en palabras para incentivar la idea de que efectivamente, Santiago Maldonado, haya sido secuestrado por Gendarmería?
Un ejemplo de ello, ese mismo día se publicó una nota donde la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, daba su punto de vista con respecto al caso. En la nota también colocan el comentario de Cipriano García, miembro de la Comisión Provincial de la Memoria, donde dice de manera resumida la misma versión de cómo se llevaron a Santiago. Seguidamente, en el párrafo que viene dice: “Cortiñas ratificó esta versión”. ¿Cómo una persona que no estuvo en el lugar del hecho, o no tiene una conexión profesional con el caso, puede ratificar algo? Pequeños verbos que le dan una mayor fuerza a lo acontecido. Ahora no lo dicen testigos, ni abogados, lo dice Nora Cortiñas.
Volviendo a La Nación. Luego de lo publicado el 3 de agosto no se le hizo seguimiento al caso hasta el 6 del mismo mes, cuando publican “La justicia dice que no está corroborado que Santiago Maldonado haya sido detenido por la Gendarmería”. Adjuntando a la nota un comunicado especial. Una fuente documental oficial, del Juzgado Federal de Esquel. Página 12 no difundió el comunicado a pesar de que era público y no una exclusiva de la Nación. Cosa que me lleva a analizar dos lecturas de especialistas.
En el libro, Como se fabrican las noticias, de Manuel López, encontramos el siguiente análisis: “Por intoxicaciones, debemos entender cualquier intento de proporcionar informaciones falsas a un medio con el objetivo de crear un estado de ánimo favorable o desfavorables a determinadas instituciones, empresas o personas”. Esto se puede ver en la posible manipulación de P12 con los datos, pero también podríamos agregarle a esto la desinformación. Siempre ha habido la crítica de que los medios dicen a las personas cómo pensar. La realidad es que los medios hacen agenda y te dicen en que pensar. Cuando no se publica algo importante, como la respuesta de un juzgado oficial, refuerzas la idea de que el gobierno no da respuesta con lo que está pasando, cosa que P12 hacia hasta que Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad de la Nación, hablo sobre el caso.
Siguiendo la idea de ¿Por qué Página 12 no publico el comunicado? Hagamos el juego de pensar que no lo hicieron porque era una nota exclusiva de La Nación. Recurriendo otra vez a Técnicas de investigación, conseguimos lo siguiente: “Los medios sufren de una especie de autismo por orgullo que les cuesta subirse a la ola de un tema que fue investigado por la competencia o se dio a conocer como primicia de otro”. Un error estaría cometiendo en ese momento P12. Pero, para sorpresa sí es un error real que cometió LN.
El 9 de agosto Página12 publica “Las pruebas que comprometen a Gendarmería” una entrevista exclusiva (y la segunda voz que tendrá durante esa semana) con Fernando Machado, defensor oficial que presentó el hábeas corpus por Santiago Maldonado. Una nota valiosa con declaraciones importantes con respecto al caso. Dando a conocer pruebas. La Nación no hizo ningún replica de esa nota, quizás cayendo en el autismo por orgullo antes mencionado.
Siguiendo con La Nación, hay una nota en la cual hay un uso de las fuentes anónimas, de los off de records que llama la atención. En el artículo, “Caso Santiago Maldonado: con ayuda de perros, allanaron un escuadrón de la Gendarmería Nacional en Esquel”, publicado el 10 de agosto menciona a dos fuentes.
“Los canes no identificaron rastro de olor del joven dentro del escuadrón, firmaron a LA NACION fuentes judiciales presentes en el lugar”. Luego en otra parte de la nota se dice, “El allanamiento es para buscar pruebas y determinar si Maldonado estuvo o no en el lugar, dijo a LA NACION una calificada fuente de la investigaciones”.
¿La primera fuente no es calificada? ¿Si mencionan a una fuente no se sobreentiende que es calificada? ¿La segunda fuente estaba en el lugar o es un tercero? No queda nada claro.
La realidad es que la investigación en ese momento solo estaba empezando y ya había mucho enigma en la cobertura. La Nación es su primera semana publicó 16 notas sobre el caso, con tres fuentes anónimas. Mientras que Página 12 realizó 42 sin ninguna fuente anónima, además de la de los testigos.
Ver a dos diarios con peso equivocarse en redacción, dejando fuera hechos, y agregar datos sin justificación, molesta. Sacando la historia, los roces, manuales de estilo y las editoriales que puede tener cualquier medio. Hay algo que ningún medio se puede dar el lujo, y es el de no investigar.
Además de la clara manipulación de los medios en la publicación de datos para producir un efecto social sobre lo sucedido, siguiendo con su línea editorial, hay un vacío de investigación. El buscar fuentes y apartar los “pescados podridos” es gran parte de esta profesión. No tiene haber un Watergate en el medio para motivarse y hacer el trabajo. Manuel López, en el libro anteriormente mencionado explica que: “Si dos personas diferente y con intereses no compartidos, confirman un hecho, este hecho será, sin duda un hecho verídico y publicable de inmediato”. Lamentablemente, no hay un ejemplo así en este análisis y eso, dice mucho.

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